Es cierto que el gaucho vive sin lujos, pero el gran rasgo de su carácter es su falta de necesidades: constantemente acostumbrado a vivir al aire libre y dormir en el suelo, no considera que agujero más o menos en el rancho lo prive de comodidad. No es que no le guste el sabor de la leche, pero prefiere pasarse sin ella antes que realizar la tarea cotidiana de ir a buscarla. Es cierto que podría hacer queso y venderlo por dinero, pero si ha conseguido recado y buenas espuelas, no considera que el dinero tenga mucho valor: en efecto, se contenta con su suerte; y cuando se reflexiona que, en la serie creciente de lujos humanos, no hay punto que produzca contentamiento, no se puede menos de sentir que acaso hay tanta filosofía como ignorancia en la determinación del gaucho de vivir sin necesidades; y la vida que hace es ciertamente más noble que si trabajara como esclavo de la mañana a la noche a fi n de obtener otro alimento para su cuerpo u otros adornos para vestirse. Es cierto ...