El nivel de vida de los trabajadores ingleses entre 1800 y 1850. TEMA DE DEBATE
Para explicar los orígenes de la Revolución Industrial inglesa que comenzó hacia 1750, los historiadores toman en cuenta diferentes aspectos. Algunos les dan mayor importancia a los adelantos técnicos; otros, a los aspectos sociales y económicos. Otros sostienen que la Revolución Industrial es un fenómeno complejo que no puede explicarse a partir de un único factor. Por lo tanto, estos investigadores consideran que deben relacionarse diferentes aspectos: la dimensión técnica, la dimensión económica y los aspectos sociales. Las discusiones entre los historiadores también se producen alrededor de la siguiente pregunta: entre 1800 y 1850, ¿mejoró o empeoró el nivel de vida de los trabajadores de la Revolución Industrial en Inglaterra?
TEXTO 1 Optimistas y pesimistas
Adaptado de M. I. Barbero, “El nacimiento de las sociedades industriales”, en M. I. Barbero, F. García Molina, R. Berenblum y J. Saborido, Historia económica y social general, Buenos Aires, Macchi, 1998.
TEXTO 2 La vida del trabajador
El trabajador pobre, cuyo mundo y forma de vida tradicionales destruyó la Revolución Industrial, no estaba conforme con la situación. El trabajo en una sociedad industrial es, en muchos aspectos, completamente distinto del de una sociedad preindustrial. En primer lugar está desempeñado, sobre todo, por el trabajo de los obreros, cuyo principal ingreso es su salario. Por otra parte, al trabajo preindustrial lo hacen, fundamentalmente, familias con sus propias tierras de trabajo. [...] En segundo lugar, el trabajo industrial –mecanizado, de las fábricas– impone una rutina y monotonía completamente diferentes de los ritmos del trabajo preindustrial que dependen de las estaciones o del tiempo. Estas dos formas de trabajo coexistieron durante mucho tiempo e, incluso, en la actualidad hay lugares en donde persiste el trabajo preindustrial.En tercer lugar, el trabajo en la era industrial se realizaba cada vez más en los alrededores de las grandes ciudades. ¡Qué ciudades! El humo flotaba continuamente, la mugre se impregnaba, y los servicios de agua, los servicios sanitarios y los de limpieza de las calles no eran suficientes. Así, se produjeron, sobre todo después de 1830, epidemias de cólera, fiebres tifoideas y enfermedades respiratorias e intestinales.
Texto adaptado de Eric Hobsbawm, Industria e Imperio, Barcelona, Ariel, 1977.
TEXTO 3 El aumento del nivel de vida en Inglaterra
El crecimiento económico implica un aumento de la renta nacional per cápita, y puede implicar un aumento del nivel de vida medio. En Gran Bretaña, las estimaciones realizadas entre 1800 y 1850, indican que la renta nacional per cápita tendió a aumentar. Los registros indican que ya había aumentado un 50% en 1830. Durante la primera mitad del siglo XIX, en Gran Bretaña puede observarse una tendencia más igualitaria en la distribución de la riqueza. El nivel de vida de los trabajadores se modificó por la redistribución de la riqueza llevada a cabo por el gobierno, mediante impuestos y gastos en asistencia social [...]. La reducción de los impuestos de aduana después de 1824 –y sobre todo después de 1840– representó un verdadero beneficio para la población en general, pues hizo que bajara el precio de muchos bienes de consumo. [...] La acción del gobierno también fue importante en otro sentido. Hacia la década de 1840, las leyes destinadas a lograr mejoras en la situación de las clases trabajadoras fueron fundamentales. En especial, las medidas protectoras, como las leyes sobre el trabajo en las fábricas y las leyes que organizaron las primeras mutuales. Gracias a esta legislación se redujo la jornada de trabajo en las fábricas y se puso un límite en la edad de los niños contratados, se prohibió el trabajo de mujeres y niños en las minas [...] y se aumentó el poder de los gobiernos municipales para mejorar el suministro de agua potable [...].
Adaptado de R. M. Hartwell, “El aumento del nivel de vida en Inglaterra, 1800- 1850”, en A. Taylor (comp.), El nivel de vida en Gran Bretaña durante la Revolución Industrial, Madrid, MTSS, 1985.
Comentarios
Publicar un comentario