En Buenos Aires, la mayor parte de las y los inmigrantes vivían en conventillos, viviendas grandes en las que cada familia alquilaba una habitación.
Lean el texto para conocer cómo era la vida en un conventillo a comienzos del siglo XX.
Rosa Anna y su familia en el conventillo La habitación en la que se instalan Giuseppe, Amalia, Rosa Anna y los niños tiene tres camas, una mesa pequeña y un armario. Rosa Anna comparte la cama con Julia. En la pieza de al lado vive un matrimonio italiano; zapatero el marido, cocinera la mujer. En la de enfrente vive otra italiana, viuda, con cinco hijos; en la pieza que está subiendo la escalera dicen que viven tres vendedores ambulantes italianos, pero todos sabemos que por las noches vienen otros ocho a tirar sus cuerpos cansados sobre dos miserables mantas. Los chicos están deslumbrados con el tamaño de la casona y la cantidad de gente que circula todo el tiempo por pasillos y patios. Pero tanta gente junta compartiendo baños, canillas y sogas para la ropa trae algunas complicaciones. Para cocinar, Amalia y Rosa Anna tienen que usar el brasero del patio, turnándose con los vecinos. En la habitación no hay piletas ni baño, así que hay que organizarse para usar los baños y las piletas colectivos. Amalia tiene calculados los horarios en que el baño del fondo está desocupado. Giuseppe se levanta a las cinco en invierno y usa el baño un rato antes que los otros hombres que van a trabajar. A las seis de la mañana, es posible ver a Rosa Anna y a Amalia caminando rapidito hacia el fondo con los elementos de higiene para el lavado diario. A las seis y media, es el turno de los niños. A veces los cálculos fallan: hay que hacer cola y esperar un largo rato hasta que el baño se desocupe. Por eso no es cuestión de andar con el tiempo justo.
Fuente: Suriano, Juan (1983): “La Prensa, 8 de setiembre de 1901”, en La huelga de inquilinos de 1907, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina; Recalde, Héctor (1994), “La vivienda popular en Buenos Aires (1870-1930)”, en Todo es Historia, N° 320, Buenos Aires, marzo de 1994. Adaptación. Cuaderno para el Aula. Ciencias Sociales 3, Buenos Aires, Ministerio de Educación, p. 83.
*ACTIVIDAD. Hacer un plano individual de como se imaginan el conventillo donde vivía Rosa con sus espacios correspondientes: patio, baño, cocina, habitaciones.
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